La lógica revolucionaria se impuso ayer en Ucrania donde el poder cambiaba de manos a una velocidad de vértigo sin que sea aún posible prever las consecuencias para el futuro del país y las repercusiones sobre su entorno internacional. La ciudad Járkov se constituía como un polo de oposición a lo que sucedía Kiev, aunque está por ver cuál será su fuerza de atracción para las regiones rusoparlantes del sur y el este del país, si es que la primera capital de la Ucrania soviética llega a constituirse como un polo alternativo de poder, lo que hasta ahora no ha llegado a ocurrir.La ex primera ministra YuliaTimoshenko comenzó una intervención muy emotiva y dramática ante el Maidán, en la que pidió a los manifestantes que no se fueran de la plaza hasta que no haya acabado el proceso de transformación que tiene lugar ahora en el país.
La ex primera ministra dijo erigirse en “garante” de que la política a partir de ahora no se hará en los pasillos. “Ustedes se han ganado el derecho a dirigir Ucrania”, dijo. Timoshenko se deshizo en cumplidos al Maidán y en lamentos por no haber podido estar con ellos mientras se encontraba en la cárcel. El pánico y la confusión hizo que Timoshenko tuviera que poner fin a su discurso. La primera ministra hablaba sentada en una silla de ruedas.
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